Emprendedoras por el mundo: Sue (Hanoi, Vietnam)

Emprendedoras por el mundo: Sue (Hanoi, Vietnam)

Sue irradia una energía positiva por todos los sitios donde va. Su sonrisa despierta pasiones y sus ojos brillan cuando habla de sus alumnos y alumnas. 

Con 23 años Sue ha montado su propio negocio y es la profe de inglés más “molona” de la ciudad. Su metodología no es la tradicional que todos conocemos y la verdad  es que le está dando unos resultados muy positivos. 

La conocimos por casualidad. A un día de nuestro viaje a Vietnam nos quedamos sin alojamiento. En nuestra búsqueda desesperada por encontrar uno se puso en contacto con nosotros una chica que nos invitó a su casa. Su perfil en Couchsurfing nos pareció interesante así que aceptamos su invitación.

Cuando llegamos nos encontramos un piso muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Estaba en una tercera planta de una comunidad de 25 pisos y 9 vecinos por rellano. Sue vivía con su hermano Harry y sus 3 ó 4 compañeras de piso. La puerta estaba casi todo el día abierta, porque además de piso, también tenía una habitación que había reacondicionado y convertido en el aula de inglés. Compartiríamos espacio con una pareja de franceses que llevan cuatro años viajando por el mundo y que también acababan de llegar. Dormiríamos en literas en un rincón del comedor, donde también dormía Sue. En total, íbamos a ser unos 9 o 10 en casa, más los niños y niñas entrando y saliendo del piso constantemente. 

Aunque pudiera parecer la película “Una casa de locos” con tanto trasiego de gente nos encontramos muy cómodos. Sobre todo por el cariño con el que Sue nos recibió. Es una persona muy sencilla que lo da todo y apreciamos sus esfuerzos por hacernos sentir como en casa.  

Sue estudió Empresariales, aunque su pasión es ser profesora de inglés. Hace unos meses se sacó el certificado TESOL (título para profesores de inglés). Su objetivo en todas sus clases es que los niños y niñas hablen la lengua de Shakespeare correctamente y puedan comunicarse con cualquier persona. Por eso, lo primero que fomenta es que tengan contacto continuo con personas de habla inglesa o que puedan comunicarse en dicho idioma. Para ello utiliza la APP Couchsurfing donde contacta con gente de todo el mundo que visita Hanoi y les invita a su casa. A cambio sólo pide que estén un par de horas por la tarde hablando con sus estudiantes. 

Por otro lado, utilitza los grupos de Facebook para estar en contacto con las familias a las que involucra en todas sus propuestas. Durante los días que estuvimos con ella había retado a los niños y niñas a leer durante 20 días seguidos. Los padres debían grabar leyendo en inglés cada día a sus hijos y luego compartirlo en el grupo de Facebook. Su objetivo era crear el hábito de la lectura en todos los pequeños. Cada día publicaba un mensaje en Facebook animándolos a compartir sus vídeos y enseñar su progreso.

Lo que más me ha gustado de ella es su voluntad de mejora constante. Es un torbellino andante que no para de preguntarte cómo podría mejorar, qué podría hacer para motivar más a sus chicos y chicas. Tiene las mismas dudas que cualquier otro docente que quiere lo mejor para sus alumnos y lo mejor de todo, es que no para de buscar recursos y de interesarse sobre cómo es la educación en otros países. 

Hemos hecho un buen tándem y ahora se podría decir que formo parte de su equipo de asesores. Mi formación y experiencia como pedagoga me permite acompañarla en su proceso de aprendizaje. 

Su sueño es pasar de una habitación pequeña en casa a una Academia de Inglés con docentes que sigan su método. Pese a los recursos limitados que pueda tener actualmente siempre tira hacia delante y lo da todo por sus alumnos, incluso les ha prometido una tarde de cine cuando acaben el Reto de la Lectura. Todos los pequeños están entusiasmados!

Actualmente se encuentra preparando un Festival de Final de Trimestre donde acudirán los padres y madres.  Los pequeños mostrarán lo que han aprendido.

Espero que pueda conseguir su sueño! 

Voluntariado sénior

Voluntariado sénior

Noviembre en Osaka (Japón) nos sorprendió con un buen clima. Recuerdo, sobre todo el día que fuimos a visitar el parque conmemorativo de la Expo ‘70. Un cielo azul intenso, sin nubes asomándose por el horizonte. En la estación de tren nos esperaba nuestra amiga para llevarnos a visitar el parque. Compramos la entrada y accedimos por la puerta principal donde se puede contemplar la Torre del Sol, una escultura diseñada por el artista Taro Okamoto para uno de los salones de la Expo. Simboliza el Sol, la energía de todas las cosas, del pasado, presente y del futuro.

El parque tiene 330 hectáreas y una de sus principales atracciones es el Jardín Japonés que fue diseñado como una colección de avances en tecnología de parajismo japonés.

Se trata de un gran jardín artificial donde se representan cuatro épocas históricas diferentes: antigua, medieval, moderno temprano y moderna. Para cada área consiguieron plantar diferentes tipos de árboles y construir varias cascadas.

Cuando entramos por la puerta vimos un grupo de señores mayores que, sonrientes, enseguida se acercaron a nosotros. Por suerte nuestra amiga pudo hacernos de traductora. Nos preguntaron si queríamos un guía. ¡Totalmente gratuito! Al preguntarles que si sabían inglés fueron todos a buscar al “sensei” (el profesor). Así que empezamos nuestra visita.

El sensei era profesor, que aunque estaba en edad de jubilarse todavía continuaba dando clases a media jornada. La enseñanza era su pasión y prefería continuar en el colegio ayudando a los profesores y profesoras recién licenciados en su tarea diaria, además de estar con los alumnos con más dificultades.

El trabajo como guía era voluntario. Lo hacía el fin de semana y en épocas determinadas. Tal y como nos explicaba, ser guía era como enseñar.

Ese día, con el profesor aprendimos sobre botánica, aves, historia del japón, ceremonia del té y jardinería. Todo en un mismo parque y durante un par de horas.

¿Cuál es tú misión en la tierra?

¿Cuál es tú misión en la tierra?

¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu propósito en este mundo? ¿Para qué trabajas? ¿Sigues una inercia o haces lo que realmente deseas? ¿Eres feliz?

Estoy segura que alguna vez te has hecho estas preguntas o algunas parecidas. Las librerías están llenas de libros de autoayuda y best sellers. Conceptos como “mindfulness”, “yoga”, “meditacón”, “terapia”… son cada vez más recurrentes en nuestro entorno. Ello demuestra que existe un público que busca encontrarse a sí mismo y su propio sentido. 

Do Beop o El camino de la verdad es un monje budista que encontré paseando por la montaña de Hallasan (Jeju). Mi curiosidad y ganas de huir de los turistas me llevaron a seguir un sendero que terminaba en 3 casas anexas a un monasterio budista. Sus puertas estaban abiertas y pude ver que dentro había una única habitación con el suelo de bambú. No parecía haber nadie pero tampoco estaban deshabitadas. 

Una vez contemplada la belleza del lugar me disponía a seguir la marcha cuando apareció un monje budista que me preguntó si quería un té. Y allí estaba, sentada en la puerta de una de esas tres casas tomando un té con Do Beop. 

Me explicó que vivía solo desde hacía 3 meses y que se quedaría en ese lugar 5 años para practicar meditación y estudiar en profundidad el Budismo. Quería encontrar mediante la meditación su misión en este mundo. Y entonces, me hizo la pregunta del millón: ¿Y tu, sabes cuál es tu misión?

Pues todavía no lo sé, le dije. Do Beop respondió que existen muchas maneras de descubrir nuestra misión. La meditación es una pero no la única. Además, me explicó que la meditación se puede hacer en cualquier lugar. Y que para él viajar, estar con gente y amigos también es meditar. ¡Así que me lo apunto!

Nuestra conversación siguió con un té y unos caquis secos que sacó de algún sitio y estaban alucinantes. Ya no los he vuelto a encontrar. Ese día fue como un sueño. Un monje que sale de la nada y me pregunta por mi propósito, unos caquis buenísimos que no los he vuelto a encontrar en ningún supermercado de los países que he visitado y un entorno espectacular. ¿Alucinaciones? ¡Jajaja!

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño:

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

(Monólogo de Segismundo, Calderón de la Barca)

Emprendedoras por el mundo: Ainu

Emprendedoras por el mundo: Ainu

AINU tiene 30 años y vive en Kuala Lumpur (Malasia). Conocerla fue toda una inspiración y un reencuentro con el valor altruista que tiene el voluntariado.

Si la tuviera que definir diría que es una persona con un gran corazón y entregada por la educación. Además de ser una emprendedora nata.

Cuando terminó sus estudios de ADE decidió viajar por diferentes países de Europa trabajando y a la vez colaborando en diferentes ONGs. Luego estudió para ser profesora de inglés y actualmente se ha convertido en una emprendedora social. En estos momentos se encuentra montando su propia entidad de voluntariado llamada VOLT (Volunteer to Teach o Voluntarios para Enseñar).

Esta iniciativa surge a partir de su experiencia como profesora de inglés en los pueblecitos del norte de Malasia. Durante ese período se dió cuenta de que los niños y niñas no tenían especial interés por aprender un idioma nuevo. Su visión de futuro era muy acotada. Sabían que cuando terminasen la escuela (o antes) trabajarían en el mismo poblado continuando la tradición familiar. Ni siquiera se plantean la existencia de otras profesiones o, incluso, el salir fuera de su pueblo para conocer mundo y seguir estudiando.

Ainu, en sus clases de inglés les abrió una puertecita al mundo, a la vez que vió una oportunidad para ampliar sus fronteras. Su experiencia como voluntaria le llevó a creer que si invitaba a voluntarios y voluntarias de otros países a las escuelas de Malasia para que enseñaran inglés a la vez que cultura, estos niños y niñas podrían tener un mejor futuro. O, por lo menos, podrían tener la oportunidad de elegir qué querían ser de mayores.

Así es como decidió montar VOLT. Su objetivo es contactar con personas de todo el mundo, incluso también del propio Kuala Lumpur que quieran ser voluntarias en las escuelas de los pueblos del norte de Malasia. A la vez que enseñan inglés también explican, a los niños y niñas, la diversidad de maneras de vivir y trabajar.

Ahora, Ainu, tiene mucho que hacer. Está empezando a establecer las bases de VOLT y reflexionando sobre el papel del voluntariado. Conectando con diferentes escuelas y explicando su proyecto a empresas de la zona para que puedan participar mediante su Razón Social Corporativa.

Espero que este proyecto sea todo un éxito y lo podamos ver en marcha muy pronto.

Si quieres obtener más información o colaborar en el proyecto de Ainu puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi correo electrónico: hola@elaguilamiope.com

Conducir en Jeju. Toda una experiencia

Conducir en Jeju. Toda una experiencia

Rentacar chico: Es automático, ¿has conducido alguna vez un automático?

Yo: ¡Por supuesto! (mi hermana me había dejado el coche una vez antes del viaje)

Rentacar chico: pues aquí están las llaves.

Yo: ¿Y ya está? ¿No me va a explicar nada más? ¿Qué tipo de gasolina lleva, donde están todos los botoncitos…?

Rentalcar chico: Sólo existe un tipo de gasolina en la isla, no tendrás problemas. 

Yo: Pues nada, todo resuelto. ¿Y la velocidad?

Retalcar chico: máximo 70 km/h, bueno en algunos sitios 80 km/h. En las zonas escolares a 30 km/h y en ciudad a 40 km/h. 

Yo: en resumen… que no puedo pasar de los 80 km/h. 

(…)

Mi voz interior: Conducir es fácil, conducir es fácil, condu… ¡Se ha puesto a llover! ¡Madre mía! ¿Dónde está el parabrisas? Ah! Aquí, ¡donde en todos los coches! Es que te preocupas por nada!

(…)

Mi voz interior: Pero a ver… ¿cuál es mi semáforo? ¿De verdad? ¿Tengo que mirar al semáforo que está en el otro lado de la calle? ¿Ese es el mío?!?!

Entonces… pon atención, pero mucha atención!!!! 

(…)

Yo: ¿Y ese?!?!?! Pero que hace!!!! ¡Qué se pasa el semáforo en rojo! ¿Pero nadie le dice nada? En China se puede girar a la derecha aunque el semáforo esté en rojo, ¿será igual aquí?

(…)

Yo: Tengo un coche de policia detrás. !A comportarse! Anna, respeta las señales. Pon el intermitente para la derecha. Párate en el semáforo en rojo. 

Policia: (algo dice en coreano por el altavoz, deduzco que tiene que ser algo como… que puedes pasar, tontaloca! ¡Estos guiris no se enteran!)

Yo: ¡Que no me ponga una multa, que no me ponga una multa!!!! ¿A que va a ser verdad que puedo pasar estando el semáforo en rojo?

(…)

GPS: a 300 mt gire a la derecha. 

Yo: 300, 300, 200, 150, 50… ¡vaya, me he pasado! Noooooo!!!!!

GPS: haga un cambio de sentido. 

Yo: A ver, desde cuando los cambios de sentido están permitidos?!?!?!?! ¿Lo hago, no lo hago, lo hago, no lo hago? 

GPS: haga un cambio de sentido ¡AHORA!

Yo: Aaaahhhhh!!!!! Allá voy!!!! !Esto es peor que en el parque de atracciones!!!! ¡Uf! Va a ser verdad que aquí también se pueden hacer cambios de sentido así, a saco.

(…) 

Velocidad 40 km/h

Mi voz interior: pues va a ser verdad que hay que respetar las señales porque te ponen multas muy altas. 

GPS: velocidad a 40 km/h. Próximamente un control. 

Mi voz interior: ¡Anda! Si te avisa de los radares. Este GPS es una pasada. 

GPS: Tin-ton

Mi voz interior: ¡Un punto colega! Cuando he pasado por el radar ha sonado igual que el juego del Mario cuando coges una moneda! ¿Me van a dar un regalo si consigo pasar todos los radares sin pasarme de velocidad?

(…)

Mi voz interior: Velocidad crucero… a disfrutar de las vistas. 50 km/h por la carretera, dicen que es para que el impacto sea menor cuando tienes un accidente. 

Los demás coches van a la misma velocidad, ¡no me lo puedo creer! En Barcelona ya me abrían adelantado. 

¡Vaya, un camión adelantando! ¿Será posible? Voy más lenta que los camiones. 

Me he fijado que los que respetan la velocidad son los que tienen coche de alquiler. Los lugareños ya se conocen de sobra las normas y pueden correr un poco más (a 60 km/h). 

(…)

GPS: ha llegado a su destino.

Jo: ¡Por fin! Puedo decir que ha sido una experiencia… que no ha estado mal. Recomendable. Aunque ahora mismo necesito descansar y destensarme.

¡Hasta la próxima Jeju!

Visita a una escuela en Kuala Lumpur

Visita a una escuela en Kuala Lumpur

En Kuala Lumpur (Malasia) y tras contactar con Ainu a través de Couchsurfing visité la Sekolah Kebangsaan Taman Seri Rampai (SKTSR). Una escuela pública de Educación Primaria cerca de la estación de metro de Wangsa Maju.

Entrar en la SKTSR fue como retroceder unos años y volver a mi infancia. Nos recibió todo el equipo directivo compuesto por el director y tres subdirectoras o jefas de estudio. Nos explicaron que este equipo era relativamente nuevo. Entró por primera vez el curso pasado y tuvo que hacer muchos cambios. El director se sentía muy orgulloso de su tarea. Al principio los diferentes maestros y maestras no estaban conformes con su manera de actuar. Querían continuar haciendo lo de siempre, es decir, no tener control alguno. El director tuvo que poner orden y nos lo explica con cara de triunfo.  

Al sistema educativo en la escuela primaria en Malasia todavía le queda mucho para avanzar para adaptarse a los tiempos actuales. No tienen presupuesto, nos dicen. También nos explican que existe mucha diferencia entre la escuela privada y la pública. No sólo por el material que dispone el alumnado y profesorado, sino también se nota por el nivel que tienen de inglés (y puedo deducir, aunque no lo pude comprobar, que también en otras materias). 

La aulas son como las de los años 70 y 80 en España. Pupitres y pizarra de tiza. No vi ningún ordenador. Paseando por las clases podías ver cómo algunos niños y niñas estaban castigados de cara la pared o arrinconados en una esquina del aula. 

Un hecho que me llamó mucho la atención es que había poca diversidad en las aulas. Cuando pregunté al director sobre cómo trataban el tema, y sobre todo el tema religioso (ya que es un país donde conviven diferentes religiones) me explicó que la escuela pública es principalmente de religión islámica. Una familia procedente de otro país con otra religión tendría que, o bien acatar la religión islámica o bien, llevar a sus hijos e hijas a una escuela específica donde impartan su religión. Y así es como sucede. En el barrio chino de Kuala Lumpur puedes encontrar escuelas Internacionales chinas, en el barrio indio escuelas internacionales de la India… y así sucesivamente. Además, un apunte interesante es que las maestras y maestros de la escuela pública tienen que ser musulmanes y vestir según marca la religión. La convivencia entre culturas y religiones es buena, de respeto. No obstante, el trabajo conjunto dentro de la escuela pública es un tema aún pendiente. 

A las 11h salimos al patio y nos dirigimos al comedor. Allí nos recibió un grupo de niños y niñas sonrientes y muy interesados sobre nuestra procedencia. En cuanto oyeron la palabra Barcelona el tema de conversación se focalizó en el Barça y Messi entre los niños. Por su parte, las niñas estaban sentadas y más calladas. Entonces aproveché para preguntarles qué querían ser de mayor. Me llevé una grata sorpresa al escuchar que una quería ser astronauta, otra profesora, otra médico, otra científica… espero que tengan muchas oportunidades y puedan continuar con sus sueños para que un día se hagan realidad!