En Kuala Lumpur (Malasia) y tras contactar con Ainu a través de Couchsurfing visité la Sekolah Kebangsaan Taman Seri Rampai (SKTSR). Una escuela pública de Educación Primaria cerca de la estación de metro de Wangsa Maju.
Entrar en la SKTSR fue como retroceder unos años y volver a mi infancia. Nos recibió todo el equipo directivo compuesto por el director y tres subdirectoras o jefas de estudio. Nos explicaron que este equipo era relativamente nuevo. Entró por primera vez el curso pasado y tuvo que hacer muchos cambios. El director se sentía muy orgulloso de su tarea. Al principio los diferentes maestros y maestras no estaban conformes con su manera de actuar. Querían continuar haciendo lo de siempre, es decir, no tener control alguno. El director tuvo que poner orden y nos lo explica con cara de triunfo.

Al sistema educativo en la escuela primaria en Malasia todavía le queda mucho para avanzar para adaptarse a los tiempos actuales. No tienen presupuesto, nos dicen. También nos explican que existe mucha diferencia entre la escuela privada y la pública. No sólo por el material que dispone el alumnado y profesorado, sino también se nota por el nivel que tienen de inglés (y puedo deducir, aunque no lo pude comprobar, que también en otras materias).
La aulas son como las de los años 70 y 80 en España. Pupitres y pizarra de tiza. No vi ningún ordenador. Paseando por las clases podías ver cómo algunos niños y niñas estaban castigados de cara la pared o arrinconados en una esquina del aula.
Un hecho que me llamó mucho la atención es que había poca diversidad en las aulas. Cuando pregunté al director sobre cómo trataban el tema, y sobre todo el tema religioso (ya que es un país donde conviven diferentes religiones) me explicó que la escuela pública es principalmente de religión islámica. Una familia procedente de otro país con otra religión tendría que, o bien acatar la religión islámica o bien, llevar a sus hijos e hijas a una escuela específica donde impartan su religión. Y así es como sucede. En el barrio chino de Kuala Lumpur puedes encontrar escuelas Internacionales chinas, en el barrio indio escuelas internacionales de la India… y así sucesivamente. Además, un apunte interesante es que las maestras y maestros de la escuela pública tienen que ser musulmanes y vestir según marca la religión. La convivencia entre culturas y religiones es buena, de respeto. No obstante, el trabajo conjunto dentro de la escuela pública es un tema aún pendiente.
A las 11h salimos al patio y nos dirigimos al comedor. Allí nos recibió un grupo de niños y niñas sonrientes y muy interesados sobre nuestra procedencia. En cuanto oyeron la palabra Barcelona el tema de conversación se focalizó en el Barça y Messi entre los niños. Por su parte, las niñas estaban sentadas y más calladas. Entonces aproveché para preguntarles qué querían ser de mayor. Me llevé una grata sorpresa al escuchar que una quería ser astronauta, otra profesora, otra médico, otra científica… espero que tengan muchas oportunidades y puedan continuar con sus sueños para que un día se hagan realidad!